Tratar de no tocar al pez
La primera recomendación es tratar de manipular lo menos posible al pez. Incluso tratar de no tocarlo si no es estrictamente necesario, ya que el sólo hecho de sacarlo fuera del agua disminuye de inmediato su capacidad de recuperación. Para esto, recomendamos sacar la mosca o anzuelo directamente dentro del agua, mediante una herramienta adecuada, la mejor del mercado es aquella denominada como «Katchup release» que desprende fácilmente los anzuelos. Si no se cuenta con esta herramienta, se puede utilizar una pinza de cuello largo que debe sujetar el anzuelo y girarlo rápidamente con el pez dentro del agua. Existen algunos pescadores que han logrado un gran manejo de esta técnica. Para aquellos pescadores que gustan de utilizar chinguillo o jopo, se debe observar que estos sean fabricados con suave malla de goma, y que en caso de utilizar aquellos con malla de nylon, que la red no tenga “nudos” debido a que este elemento es muy abrasivo y daña la piel de los peces.
Mojarse las manos
En caso de necesitar tomar con las manos el ejemplar, lo más importante es mojarse las manos, o guantes en caso de utilizarlos. Esto disminuye (no evita por completo) el desprendimiento de la mucosa que recubre la piel del pez. Mucosa que es la principal barrera protectora del organismo frente a bacterias, hongos y virus que existen dentro del medio acuático. El mojarse no disminuye la “quemada “ que provocan los 38 grados celcius que tienen las manos del pescador, lo que inevitablemente provocará un daño en la piel del pez. Esto considerando que las truchas y salmones son peces de agua fría, que tienen una temperatura corporal igual a la temperatura del agua en que viven, es decir habitualmente entre los 6-12 grados celcius.
No levantar el ejemplar
Otro error de común ocurrencia, es levantar el pez para que la otra persona tome la fotografía de rigor. Generalmente el pez resbala de las manos y cae sobre las piedras, golpeándose duramente, lo que además del estrés que esto le genera, también provoca un desprendimiento de la mucosa y en la misma zona del golpe ocasiona un hematoma de consideración. Por ello en caso de tomar la fotografía se recomienda sostener el pez muy cerca del agua para evitar en caso de caída esta no se haga de una altura considerable.
Fotografiar lo menos posible
Debido a esta mortalidad asociada a la devolución, en muchos lugares de pesca alrededor del mundo no se permite tomar las truchas con las manos, y sólo se permite manipularla dentro del agua y de forma apropiada. Por ello, se recomienda no fotografiar todos los ejemplares capturados, es decir fotografíar la menor cantidad de peces posible.
El espejismo de la recuperación
Luego que el pez es devuelto sin tomar las mencionadas consideraciones, la mayoría de las veces los peces parecieran estar bien recuperados, pero es sólo por el instante inicial, que debido al estrés e instinto de conservación hacen que el pez rápidamente se aleje nadando en buenas condiciones, sin embargo es sólo en apariencia, ya que un alto porcentaje de esos peces finalmente sucumbirán debido a las lesiones que les causamos. Por ello, debemos tomar conciencia y realizar la devolución utilizando técnicas apropiadas, y poniendo mucha atención y dedicación en ello, lo que se verá recompensado en la satisfacción de saber que aquel pez liberado tendrá mejores posibilidades de sobre vivencia.